12 April, 2010

Cuentos para un amigo de la familia 1

No hay luna en Schummaher VII

No hay luna en Schummaher VII, la busqué por horas esta noche y no la encontré, la busqué en mi enciclopedia y no la encontré, pregunte y no la encontré.

Guardé mi Asistente Digital en el compartimiento magnético y le dije a la computadora que abriera la puerta, antes de salir de mi cuarto me volví otra vez hacia la ventana a prueba de aire esperando que todo fuera una visión...

No hay luna en Schummaher VII.

Salí al corredor y tomé uno de los mangos de pasillo que me propulsó a través del ingrávido complejo minero hasta la sala de ciencia. Mientras pasaba por uno de los ventanales por los que se veían cientos de personas en sus trajes espaciales construyendo nuevas edificaciones para los colonos, vi un pequeño destello en el horizonte, ¡había luna en Schummaher VII!; pero unos segundos después me di cuenta que no era sino otro carguero espacial partiendo hacia la Tierra.

No hay luna en Schummaher VII.

Llegué a la sala de ciencia y me atendió el mismo técnico de bajo rango que me había atendido antes, le pregunté si era cierto que no había luna en Schummaher VII y él, luego de lanzarme una mirada de desconfianza, me respondió negativamente: "No hay luna en Schummaher VII", dijo. Entonces le pregunté: “¿La hubo?, ¿la habrá?”, ganándome la inmediata expulsión de la sala y un reporte a mi superior.

No hay luna en Schummaher VII.

Tome un carro transportador hasta la zona recreacional, allí me tropecé con varios compañeros que me preguntaban por qué estaba llorando. No les dije nada, ellos nunca nos comprenderían; llegué al bar y me senté en la barra, allí Peter (ya te he hablado de Peter, es el cantinero) me preguntó si ya había encontrado la luna de Schummaher VII, le respondí ...

No hay luna en Schummaher VII.

Tomé un par de tragos y volví a mi habitación, saqué la Asistente Digital y corrí el programa de edición de texto, otra vez la página en blanco...

Volví a ver por mi ventana y pegué la cara al multiflexglass, a lo mejor era el vidrio el que no me dejaba ver la luna... No, no era el vidrio.

No hay luna en Schummaher VII.

Tomé la Asistente Digital y la lancé al piso, a donde nunca llegó gracias a la extraña gravedad de la estación, pero lo que mas ansiaba en ese momento era oír el sonido de ese maldito aparato rompiéndose. Lo tomé y por fin escribí:

“Querida Jane:
Por días he estado tratando de escribirte, desde que dejé la Tierra no he dejado de pensar en ti pero me ha sido imposible escribirte. Nunca podré expresar lo tanto que te quiero en palabras ya que veras,

... no hay luna en Schummaher VII...”

Y con una lágrima mandé el mensaje a través del espacio, desde Schummaher VII hasta la Tierra esperando que Jane no se olvidara de mi...

CX, 2001

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