Fuera de una pared tapiada, casi a la salida de la cueva, el Joven con el Bo y el Hombre con su Libro discuten sobre algo que se pierde mientras el Niño con su Oso de Peluche y la Mujer con sus Joyas se retiran a la penumbra, asqueados por tan inútil discución.
Desde adentro de la pared, una voz muy débil trata de terminar con la discución, pero sólo el Niño y la Mujer la oyen. Ellos tratan de llamarle la atención sobre esto al Joven y al Hombre, pero estos no entienden que es lo que le quieren decir; mientras que dentro de la Pared, un Viejo en medio de miles de libros y símbolos cuyo significado se perdió hace ya demasiado tiempo y cuya única fuente de luz es una lámpara, susurra respuestas que sin su debida pregunta carecen de significado.
¿Qué es una respuesta sin la debida pregunta?
El Viejo intenta otras señas, música, imágenes, historias que contar; pero el Joven y el Hombre siguen enfrascados en su discución mientras que el Niño y la Mujer esperan en las sombras a que estos se pongan de acuerdo y puedan, por fin, devolverle al Viejo Hermitaño la llave que perdió hace ya años y con la que él sólo puede salir de su Encierro.
El Hombre y el Joven parece que están llegando finalmente llegar a un acuerdo, pero no es fácil, viendo hacia la Pared se dna cuenta que la salida está un poco mas lejos de lo que creían, pero que si logran liberar al viejo podrán ver la luz del Sol finalmente.
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